Puedes leer esta entrevista escuchando «Queen of Night» de The Milkyway Express
Desde el primer momento en el que pensé en crear este blog dedicado al arte en cualquier forma de expresión, pensé en redactar un artículo del pintor Pepe Yáñez. Es más, sin que él lo supiera, mis primeras pruebas, se hicieron con sus obras. Intentaba encajar cada pieza en las columnas una y otra vez. Subía uno de sus cuadros, lo quitaba, volvía a añadirlos con otra resolución, con otro tamaño. Una y otra vez.
Por alguna casualidad del destino me une a Pepe Yáñez una especial simpatía. Por fin he conseguido que vea la luz ese artículo tantas veces hecho y deshecho. Es una buena noticia que un post de este genial artista y mejor persona aparezca en creativoshoy.com, y me siento especialmente orgulloso.
Pepe y yo, somos cercanos en muchas cosas, también en edad. Cuando inició su actividad profesional en 1988, también lo hacía yo. A ambos nos gusta el mar, no como fuente de inspiración artística, sino como reclamo interior. El mar es un pacificador de almas.
Sobre esta obra, tuve ocasión de escribir:
Murmullo que vives en la trasparencia de tus olas. Mueres hecho esquirlas con su muerte. Óleos en tu siseo para hacerte inmortal.
Pero coincidencias al margen, es muy difícil condensar en tan poco espacio la cantidad de sugerencias que despierta Pepe Yáñez. Como difícil es hacer un recorrido por sus etapas pictóricas si es que tuvo alguna, ni por la vida de alguien tan versátil. Sin embargo, me gustaría acercarte a él con un recorrido histórico bajo el denominador común que es el dibujo para la obra Pepe Yáñez.
En sus inicios, el grafito sobre papel y el trabajo figurativo era su forma de expresión más común.
En el año 1992 dejó los estudios de Bellas Artes para estudiar y vivir en Nueva York. Un año después vendía cuadros en West Broadway o en Battery Park, o algunas veces en Park Avenue, en la esquina de St. Bartholome’s Church. “Los días en que no vendíamos un rosco, mi vecino de esquina, Eddie, un artista de origen polaco de quien aún conservo una curiosa tarjeta de visita, me decía mostrándome su cartera casi vacía: » My friend; keep your spirit up…»
De una esquina callejera pasó a exponer en dos salas de la ciudad de los rascacielos y con el trabajo bien hecho, volvió a España por la puerta grande.
Pepe Yáñez se convertía poco a poco en artista integral. Desde viñetas para cómics en sus orígenes como ésta de 1985:
A acuarelas realistas como ésta de 1989 que vendía para una empresa de decoración permitiéndole alquilar su primer estudio:
En el año 1998 su obra había ganado en profundidad y se construía ya con un discurso propio, complejo, cargado de metáforas más o menos evidentes. El simbolismo comenzaba a ser parte integrante de sus trabajos sin perder nunca la base del dibujo. Una búsqueda entre lo visible y lo perceptible, como dos caras de lo real.
De la siguiente obra de 1998 ha comentado recientemente el autor que se le presenta como una inquietante premonición.
Artista gráfico e ilustrador, su trabajo ha servido en exposiciones, espectáculos teatrales y musicales, editoriales, catálogos y colaboración en prensa.
Hasta llegar a la abstracción y la explosión de color que hoy recorren sus lienzos, construyendo enigmas en rompecabezas pictóricos que nos interrogan.
Numerosas instituciones poseen sus obras, incluida la Unión de Banca Suiza, que atesora una de las mejores colecciones de Europa.
Con motivo de una exposición en los Reales Alcázares de Sevilla, se dijo de Pepe Yáñez que “al contemplar su obra, la mirada recoge sensaciones amables, serenas y envolventes, que embargan y seducen, provocando emociones positivas que nos alcanzan hasta lo más profundo”.
Y es verdad, como también es cierto que es difícil definir el arte de Pepe Yáñez. Abstracto, figurativo, simbolista, realista mágico o surrealista, arte pop o transvanguardia, su obra refleja la personalidad de este autor. Personalidad que se resume en una palabra: “Libertad”.
Emulando a George Gershwin, un compositor estadounidense (1898-1937), a Pepe le gusta decir que “En cierto modo, la vida es como el jazz… es mejor cuando improvisas”.
Y precisamente improvisados fueron las siguientes estrofas en las que sin quererlo desnudamos Pepe y yo, la conciencia.
R.- … De tanto imaginar, duda de si su presencia se debe al propio destino, o a la inercia de cumplir los segundos que está imaginando.
P.Y.- Escapa de sus dudas en tiempos ya pasados.
R.- Y de las certezas, ríe unas, otras llora por haberlas imaginado.
P.Y.- Hasta que un día en su llanto imaginó otra infancia desde la que comenzó de nuevo la cuenta de segundos futuros.
R.- Para hacerse inmortal por revolver a lo imaginado
P.Y.- Habitando un bucle intemporal
R.- Que nadie ha visto nunca y llaman conciencia.
Así es Pepe Yáñez, tan cerca de los óleos, las acuarelas y el lienzo, como de las letras. Un artista integral infatigable, explorador de su propio arte. Un artista repleto de inquietudes que suele compartirlas en su página de Facebook y en su propio blog enelbarcoborracho.blogspot.com.es
…y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son, aunque ninguno lo entiende.
Calderón de la Barca. La vida es sueño.
Para saber más:
Blog: enelbarcoborracho.blogspot.com.es
IMAGEN DE PORTADA: Soho Piano Bar – Pepe Yáñez
MÚSICA DEL ARTÍCULO: Queen of Night – The Milkyway Express
IMÁGENES DEL ARTÍCULO: Pepe Yáñez